Por: Lic. Gabriel Giacobone Biólogo y coordinador del CECoBi
Es hermoso estar al lado del agua, viendo algunos patos, golondrinas y garcetas en la ribera de una lagunita. Si ésta estuviera cerca de casa qué mejor, y ni hablar si es parte de nuestro entorno. Por un momento pensemos nuestro barrio con una lagunita, luego hagámoslo posible.
Me he criado en la Ciudad de Chascomús, en Argentina; conocida mundialmente por su laguna y la pesca del pejerrey, tanto que hasta es parte del escudo de la ciudad. Esta pequeña ciudad de treinta y pico mil habitantes está a pocos kilómetros al sur de Buenos Aires (capital de la república argentina) y La Plata (capital de la provincia de Buenos Aires).
Fundada el 30 de mayo de 1779, gracias a que estaba cercana a una extensa laguna que proveía agua, alimento y servía de límite natural, ya que fue línea de frontera sur en la lucha de conquistar terreno contra los aborígenes.
Su nombre proviene del indígena que quiere decir: “agua muy salada” y es parte de las lagunas “Encadenadas”, que es un sistema de siete lagunas conectadas por arroyos y que funcionan como cuentas de un rosario que desembocan en el Río Salado, siendo parte integral de su cuenca.
En la actualidad es muy visitada por turismo mayoritariamente argentino, en particular de la provincia de Buenos Aires, gracias a su cercanía con las capitales y la tranquilidad del lugar.
Los deportes acuáticos están a la orden del día, en conjunto con ciclismo y maratones en circuitos que rodean la laguna. Aparte de las costumbres más argentinas como un asadito o mateada en familia y amigos, mirando el atardecer, que también son un clásico. La oferta de campings, hosterías y hoteles está casi repleta todos los fines de semana del año.
Por supuesto que no es todo color de rosas, las lagunas en las ciudades también son el vertedero de residuos tanto sólidos como cloacales. El estado de la laguna no es el original, como casi todos los cuerpos de agua cercanos a un casco urbano. Existe un sistema de tratamiento de cloacales y recolección de residuos sólidos urbanos, pero siempre nos encargamos de hacer las cosas como para que no suceda de la mejor forma. Tanto los turistas desprevenidos o descuidados, como algún que otro habitante de la ciudad, siguen pensando que Natura “todo lo puede” y dejan sus desperdicios para que ella se ocupe.
Pero Natura siempre da oportunidades y gracias a ser una laguna de gran extensión con 3.000ha de superficie, un sistema de encadenadas que funciona como un gran río, sus márgenes llenas de vegetación palustre que metaboliza los orgánicos y una ciudadanía que ama la naturaleza, la laguna de Chascomús sigue proveyendo gran cantidad de beneficios para los habitantes y todos aquellos que quieran visitar una de las bellezas de la Pampa Húmeda.
Promuevo que se visiten éstos como tantos otros lugares de la Argentina y el Mundo, para conocer su idiosincrasia y atesorar los recursos que tienen. No podemos proteger lo que no valoramos, y no valoramos lo que no conocemos.
La ciudad de los Atardeceres Mágicos, la ciudad con Buena Gente, la tierra del Gaucho Argentino, la Ciudad del Pejerrey o como quieras llamarla, te espera siempre con los brazos abiertos. Hace un tiempo un slogan decía que Chascomús es “un Paraíso Cercano”, y la verdad que no se equivoca, gracias a su laguna es un paraíso para todos.
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